Utopía

Nada mas y nada menos, aquí estoy, solo como quizás Dios me trajo a este mundo. Pero no pertenezco aquí, mi vida se encuentra en un universo paralelo. Acompáñame en esta
Loca aventura...

"Entre luz y tierra" (Cuento Propio)

Perdí, creí, volví, seguí y nunca me rendí, se rieron de mi, mi esposa, mi hijo, mis fieles, mis amigos, mi madre, si mi madre, como me gustaría tenerte de nuevo.
La ciudad se fue cayendo poco a poco y el mundo se torno negro, turbulento y perturbador, más de lo que era antes.
Yo les dije, les avise, les advertí pero nadie me creyó, todos creyeron que estaba loco, demente, pero al final de todo yo tuve la razón.
Fue hace ya 23 años, si 23 largos años de sufrimiento, terror y oscuridad. A veces la propia oscuridad es tu mejor amiga.
La población simplemente se fue muriendo a causa de un virus nuevo, si, como esas historias de zombies y bla bla que tan fácilmente se encargan de meternos en la cabeza.
Pero esta historia es real, muy real, las persones murieron y no volvieron, permanecen en las sombras, o en el mas allá, aun no lo tengo comprobado. Pero lo que si se, es que aguardan ansiosos el poder volver.
Yo vivía con mi esposa y mis dos hijas, teníamos una linda y confortable casa en los suburbios. Soy físico químico, me dedico a las reacciones químicas, las uniones, las moléculas y todas esas estupideces.
Un día en la radio, informaron sobre un nuevo virus proveniente del mar, que rápidamente contagio a toda la población, haciendo que desaparecieran, no que mueran o se enfermen, solo desaparecieron. Lamentablemente mi querida familia sufrió el grave contagio que luego de dos días de cama, solo se evaporaron, dejaron de existir.
Yo me encontraba trabajando en mi laboratorio subterráneo cuando todo sucedió, al estar exactamente 3 pisos por debajo de la tierra, el virus fue incapaz de llegar hasta mí.
Ahora sospecho que soy el único ser vivo que habita en al tierra, pero aunque ni Dios lo crea, encontré la solución y espero utilizarla para revivir a todos aquellos que han desaparecido.
En mis largos experimentos que logre concretar en estos años, descubrí que aquel virus letal solo se dedicaba a robar los cuerpos de las personas, es decir que su alma quedaba perdida e intacta entre nuestro mundo y el inframundo, mediante ondas magnéticas que se propagaban a través de una luz fluorescente pude comunicarme con una de ellas, pero como era obvio, había mas de miles.
Con paciencia y tiempo logre encontrar a mi esposa, entre lágrimas y llantos, le pregunte como estaba, como se sentía y en donde estaba. Ella me respondió afirmando no saber en donde se encontraba y que no sentía su cuerpo, solo tenía su conciencia.
Mediante libros, teorías, tesis y mucho estudio, llegue a la conclusión de que la única forma capaz de recuperar a mi familia era creando replicas de ellos, es decir, diseñando clones que se asemejan a la perfección, de tal manera que las almas puedan ocupar esos falsos cuerpos y creer que están en uno real.
Muy difícil fue conseguir todas las herramientas que necesitaba, aun que cuando subí al exterior solo quedaban restos, polvo y una ciudad desolada.
Al tener todo en mi poder, comencé a diseñar la maquina que me devolviera lo que quería, tome cada parte cuidadosamente, realice cada calculo preciso y detallé hasta el ultimo detalle posible. Cuando finalmente tenía mi creación terminada, debía tomar precaución y realizar algunas pruebas, por lo tanto necesitaba un ratón de laboratorio.
Revisando viejos diarios, encontré la noticia de la muerte de nuestro presidente de hace 10 años, quien como todos había sido afectado por el virus. Las fotos que figuraban el periódico me fueron suficiente para crear su doble exacto, lo conecte directamente hacia mis aparatos sujetándolo fuerte sobre una camilla para que no intentara ninguna acción contrario o peligrosa.
Cuando conecte el aparato, todas clases de voces comenzaron a gritar fuerte, diciendo soy yo, soy yo, ese es mi cuerpo. ¿Pero cómo era posible que tantas voces correspondan al mismo cuerpo?, cuando todavía no terminaba de cuestionarme, el cuerpo de aquel hombre reacciono, desconcertado y mirando todo a su alrededor, se torno violento y tratando de desatar los cerrojos que lo aprisionaban, con una pequeña sonrisa y una mirada sutil, indicaban que esa alma no correspondía a ese cuerpo.
Sin pensarlo tome mi arma del cajón y una bala en su cabeza puso fin a su “reencarnación”.
Trataba de convencerme a mi mismo de que era posible traerlos de vuelta, pero no, habiendo tantas almas dando vuelta, seria imposible recobrar las que necesitaba.
Cuando por fin comprendí que ya no tenia nada por que luchar, mientras apuntada mi revolver directo hacia mi cabeza, una pequeña voz se escucho. Mi vida, te necesitamos, por favor, esas simples pero a la vez complejas palabras eran de mi mujer, lo sabia, la reconocía, tome rápidamente las replicas de mi mujer y mi hija, conecte el aparato, y espere unos instantes, hasta que finalmente los ojos de mi hermosa esposa se abrieron y desconcertada se levanto y me miro fijo. Las lágrimas en mi rostro comenzaron a caer lentamente, y cuando me acerque a ella, un disparo seco en mi cabeza oscureció todo.
Ahora no tengo cuerpo, ni vida, ni nada, solo soy un alma perdida en algún lugar desconocido, pero feliz por que hoy es el día que estoy con las demás almas, entre las cuales se encuentra la mi esposa y la tierna y dulce de mi niña.