Utopía

Nada mas y nada menos, aquí estoy, solo como quizás Dios me trajo a este mundo. Pero no pertenezco aquí, mi vida se encuentra en un universo paralelo. Acompáñame en esta
Loca aventura...

"El Profesor" (Cuento Propio)

“Injusticia humana, venganza de los Dioses”.


¿Una historia?, ¿Un cuento?, si se podría decir que es una historia, ¿Policial? ¿Terrorífica? Pues no se como definirla. ¿Mi historia, la de él o la de ella? Si la de ella, la persona mas preciosa y dulce en el mundo, pero también es la historia de él, para ser mas exacto, de mi profesor, la figura que me provocaba un malestar sentimental inexplicable, pero no hablare de él todavía…
La historia se remonta al año 2009, recuerdo que tenia 17 años y cursaba el 6to año de la secundaria, junto con todos mis amigos y amigas.
Yo habría estado desde jardín en aquel colegio, conocía a la gran parte de las personas de la institución y ellas me conocían a mi, pero un día, justamente el segundo día de clases, llego una nueva compañera llamada Cecilia, no muy alta, delgada, ojos claros, pelo castaño, era la jovencita mas hermosa y bonita que había visto en toda mi vida. Yo nunca había experimentado sensaciones de amor como aquella vez, pero bueno siempre hay una primera vez para todo, estaba completamente enamorado, ya no pensaba en nada más que en ella, poco a poco, mientras transcurrían los días, me fui acercando a ella, comencé a hablarle, a interactuar con ella, la introduje al circulo de mis amigos, y al poco tiempo ella empezaba a sentir lo mismo que yo, hasta que llego el día en que nos dimos nuestro primer beso, y a mas tardar nos pusimos de novios.
Todo marchaba perfecto en mi vida, me iba bien en los estudios, practicaba básquet, estaba enamorado, todo iba sobre rieles, hasta que llego él, si el y toda esa vida perfecta se echo a perder.
El profesor, mi nuevo profesor, alto, robusto, serio, hombre de pocas palabras y sobre todo rígido, cuando el entro en el salón, todo quedo en silencio, todo se oscureció.
Comenzó a enseñarnos Educación Física, durante su clase no se podía hacer nada más que correr y caminar, ni una palabra ni un gesto sino terminarías mal. Recuerdo sus palabras tal como eran
- Corran y no hablen, que acá la autoridad soy yo.- decía a cada minuto.
Al cabo de un mes aproximadamente nose cual sea la raíz del asunto, pero el profesor se entero de mi relación con Cecilia, y no le callo muy bien que digamos, lo demostraba separándonos siempre que nos veía, mandándonos notas a nuestras casas, pero yo y Cecilia fuimos mas allá y rompimos todas las barreras.
Pero lo peor estaba por venir, un día de invierno, Cecilia dejo de venir por razones que nunca tuve oportunidad de conocer, falto a clases un día, luego tres, luego una semana, finalmente dejo de venir y nadie sabía por cual razón. Aun mas extraño eran las nuevas palabras que mi Profesor me decía.
-¿Usted sigue con esa mujer?- Me pregunto
-Si- le conteste
-Mmm.... Va a terminar mal, recuerde  lo que le digo- Finalmente acoto
Esas simples palabras no me parecían nada fuera de lo normal, pero en su interior tenían algo escondido.
A ver que ella no retomo las clases, lógicamente comencé a preocuparme, y decidí ir a su casa para saber que estaba ocurriendo, mal por mi, una horrenda noticia me aguardaba.
Al llegar a la casa, observé que en la calle había patrullas de la policía, supe en mi interior que algo malo se aproximaba, corrí con todas mis fuerzas al interior de la casa, con lo que encontré policías hablando con los padres de Cecilia, interrumpí sin ningún respeto, y solo tenía una pregunta que concretar:
-¿Qué esta pasando, donde esta Cecilia?- Grite con todo afán.
Como lo percibía nadie quería explicarme la situación, hasta que la madre, se me acerca con un triste rostro, y me dijo:
-Cecilia ha desaparecido…- Comento mientras se le caía una lágrima.
Al escuchar eso, mi corazón se paro, mis fuerzas vitales se debilitaron, estaba inmóvil, duro.
Salí corriendo con los ojos llorosos, me oculte en un callejón oscuro, y comencé a perder la cordura, que a su vez era interrumpida por el llanto y la tristeza.
Me preguntaba a mi mismo quien había hecho esto, quien fue capaz de hacer tan semejante acto vil, y un dato que estaba en mi subconsciente me rescato y me hizo ver la luz.
Me acorde de las palabras de mi Profesor, de sus acciones, frente a mi y Cecilia, y por fin lo revele, fue él, la única persona que nos tenia rencor, envidia tal vez, no lo se, pero en mi interior sabia que había sido él, por lo cual tenia que conseguir información acerca de él, y eso fue lo que comencé a buscar.
Aprovechando la noche, y la clara luz de la luna, fui al colegio, aparentemente estaba abierto, ya que el personal de limpieza se encontraba allí, me escabullí entre los pasillos sin ser visto, y luego entre en la dirección, abrí un cubículo grande, donde se encontraban los expedientes de los profesores y alumnos, valla organización que tenían, encontré el condenado informe de mi Profesor, lo abrí, lo leí, pero nada, estaba limpio, era un hombre hecho y derecho, pero por lo menos conseguí algo, su dirección, la cual anote y sin pensar me fui hacia allí.
Cuando llegué al lugar, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, y que más se podía esperar, un barrio oscuro, una casa alta, grande, antigua, llena de plantas trepadoras, daban un ambiente de miedo y horror, pero sabía que aun más terrorífico era lo que me esperaba el interior de la casa.
Me fui debajo de una ventana y comencé a espiar el interior, la iluminación era muy pobre, la humedad había deteriorado la casa por completo, se sentía olores extraños provenientes de sahumerios, y el lugar se encontraba decorado con velas negras y rojas, un completo ambiente de horror, como antes había mencionado.
Al ver que nadie estaba en ese lugar de la sala, tome valor y entre, observe la sala con cuidado, pero escuche que alguien se acercaba, por lo que rápidamente me escondí en el baño, pero deje la puerta entreabierta para espiar.
Lo vi, era él, pero lo que más me sorprendió era que comenzó a limpiar su espada, la cual estaba con sangre.
Las dudas se me iban cerrando, el haber entrado rápido al baño, no pude notar ver otra puerta que daba a la habitación principal, entre y al verla me di cuenta que esta era peor que toda la casa en conjunto, la pared estaba cubierta con periódicos, había sangre por todos lados, cuchillos, machetes, cadenas colgadas en los rincones, era completamente horripilante.
Me tome el atrevimiento de leer uno de los periódicos, los cuales enmarcaban series de asesinatos realizados por el Profesor, al ver que todos trataban de lo mismo, mi hipótesis se cerró completamente, estaba lidiando con un loco, un psicópata, un lunático, que se tapaba con una imagen de Profesor correcto y decenté, tal vez esa era la razón que haya sido contratado en la escuela.
Todo lo que vi me paralizo, pero todavía faltaba el punto máximo, el cual estaba por descubrir, al seguir explorando llegue hasta la cama, la sabana escondía algo debajo, el temor me retractaba de destapar, pero a su vez la sed de saber y curiosidades, me obligaba a descubrir que había debajo, finalmente lo destape, y todo mi vida se desvaneció delante de mis ojos, era Cecilia, su cadáver se encontraba duro, tieso, inmóvil, con una mirada directa, mis lagrimas espesaron a caer, y pude dejar de ver que sobre el respaldo se encontraba una frase, la cual decía:
“El amor es el único sentimiento que puede con todo.”
Y de la nada, se escucho una voz rugosa que me dijo:
-Te advertí que esto iba a terminar mal- me comento sin temor.
Me di vuelta y lo mire, mira los ojos de el, Mi Profesor, y le dije una simple pregunta:
-¿Por qué?
Sin ninguna respuesta, se arrebato hacia mi con un cuchillo, con todas mis fuerzas lo esquive y corrí hacia el otro extremo de la habitación. Pero no fue suficiente mi profesor se voltio y me miro fijo, no tenia salida, no había escapatoria, en el momento que me iba a atacar, tome rápidamente un martillo que había en la mesa, y con una sed vengativa lo partí en medio de su cabeza, al caer repetí esta acción hasta que el aliento me venció.
Pues no lo comprobé pero, él estaba muerto.
Me quede viendo el cuerpo de Cecilia, en el silencio de la noche, y las luces de las velas.
Tal vez ella ahora este libre, no lo se, tal vez lo sepa, pero todavía no, todavía no.